Cuando tus padres se van a una mejor vida, ya nada vuelve a ser lo mismo
Perder a los seres que te criaron durante tus primeros años de vida, es de las peores experiencias en la vida. Simplemente a no puedes volver a ser el mismo

Cuando tus padres se van a una mejor vida, ya nada vuelve a ser lo mismo (Pexels)
Si hay algo a lo que todo hijo le teme, es a tener que darle ese último “adiós” a las personas que le dieron la vida y amaron incondicionalmente. Lo que todo hijo teme es que llegue el día en que ya no pueda escuchar un consejo de papá o sentir un abrazo de mamá cuando más lo necesita; porque cuando tus padres se van a una mejor vida, ya nada vuelve a ser lo mismo.
Ninguna comida te vuelve a saber igual que como tu mamá le preparaba, ningún chiste suena tan gracioso como lo contaba tu papá, ningún consejo te vuelve a hacer reflexionar de la misma manera y ya no sabes cómo ser tú mismo. Cuando tus padres dejan esta vida, te quedas en una deriva emocional esperando ese consuelo que ya no podrás tener. Con ellos se va un trozo de ti.
Jamás estás listo para despedirte
Perder a uno o ambos padres es la cosa más difícil a la que un hijo se puede enfrentar, no solo porque ya no habrá oportunidad de verlos ni crear recuerdos nuevos, sino porque con ellos se va esa parte de nosotros que siempre volvía a ser niño. Se va por completo ese sentimiento de protección que te daba su presencia y el arropo de su amor físico que no volverás a sentir.
Perderlos es duro, no importa la edad que tengas, lo mucho que hayas progresado en la vida o lo mucho que te quede por continuar. Nadie nunca estará listo para despedirse definitivamente de la persona que le dio la vida, jamás estás listo para dejar ir eternamente al ser que hizo posible tu existencia. No puedes porque cuando tus padres se van, ya nada nunca volverá a ser como era antes.
Lee también: Pasos efectivos para convertirse en el mejor padre para tu hijo
La parte más dura de aprender es la de saber que ahora depende de ti dejar ese legado que con mucho esfuerzo te dejaron, que sus enseñanzas solo se quedarán en el mundo si eres capaz de transmitirlas a alguien más. Honrar su nombre y todas las cosas buenas que hicieron en su vida, es lo único que nos queda para mantener su memoria viva y orgullosa.
Nadie te prepara para ese momento
Esperado o no, un hijo nunca sabe cómo anotar la parte de de un ser amado tan cercano, pues a final de cuentas nadie nos prepara para ese terrible momento. Nuestros padres nos enseñan a ver la vida, cómo salir de ciertos problemas, a usar nuestra inteligencia, sentirnos valiosos, estudiar duro y más, pero no nos preparan para no tenerlos a nuestro lado.
Lee también: Expertos explican la poderosa razón por la que no debes llamar a tu hijo como su padre
Cuando tus padres te dejan solo en esta vida una parte de ti ya no vuelve, esa que se sentirá protegida solamente con saber que alguien en alguna parte nos amaba incondicionalmente. Cuando nos dejan no nos queda más que llorar amargamente su partida y aprender a vivir de la mejor forma posible, tal como siempre nos enseñaron a hacerlo.
Los padres se merecen la gloria, aunque tristemente nos damos cuenta de eso muchas veces más tarde que temprano. Valorarlos y teneros a nuestro lado no sólo es nuestra obligación, es un complejo lujo con el que no todas las personas cuentan. No te des cuenta tarde en la vida de que cuando pierdas a tus papás, ya nada volverá a ser lo mismo nunca.