Carta al padre con el que jamás conviví: te necesité, pero estoy mejor sin ti
Esperé por ti sintiéndome culpable, pensando que algo en mí estaba mal. Al final me di cuenta que yo nunca fui la del problema, tú no querías mi amor

Carta al padre con el que jamás conviví: te necesité, pero estoy mejor sin ti (Pexels)
No estuviste allí para verme dar mis primeros pasos, para celebrar mis cumpleaños ni para abrazarme por las noches cuando tenía miedo. Ahora que soy una mujer me doy cuenta de que no tenerte a mi lado me hizo luchar más por amarme, me hizo entender cómo no quiero ser. Hoy lo único que quisiera decirle al padre con el que jamás conviví, es que lo necesité pero estoy mejor así.
Cuando era una niña necesité un abrazo cariñoso que me hiciera sentir segura y amada, necesité amor en esas tardes infinitas en las que me la pasaba viendo la ventana, esperando la llegada de alguien que soñé con querer. Necesité un papá cuando mi rostro estaba lleno de lágrimas, cuando me sentí perdida y no tenía una guía en la vida. Hoy que soy una adulta ya no lo necesito.
Me volví mejor, sin ti
Cuando era más pequeña me preguntaba cómo hubiera sido mi vida con un padre que me quisiera como en los programas de televisión. Noches enteras de mi niñez me la pasé cuestionando sobre la razón por la que mi familia era más pequeña que la de los amigos, por qué era la única que no celebraba el Día del padre o que no recibía regalos de dos personas en navidad.
Y no me mal entiendas, mi mamá hizo todo para que nunca me hiciera falta nada, nunca tuve una carencia gracias a que lo dio todo por mí mientras tú no estabas. Sin embargo, algo que el corazón de una niña abandonada por un padre no comprende, es que no ha hecho nada malo para que eso pase. Esperé con paciencia para que decidieras amarme, pero jamás sucedió.
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El tiempo pasó, crecí y la parte de mi que aun seguía esperando que llegara el día en el que un padre amoroso cruzara la puerta y me pidiera perdón por haber estado lejos; se fue haciendo cada vez más pequeñita hasta que desapareció. Me volví una mujer independiente, me volví segura, me volví auténtica y muy capaz, sin que estuvieras allí para darme una palabra de aliento.
Soy feliz porque no te debo nada
Ahora que soy una mujer me doy cuenta de que el mejor regalo que me pudiste haber dado en esta vida, fue el haberte marchado gracias a tu cobardía. De pequeña me cuestioné sobre qué era lo que había mal en mi para que no quisieras quererme o conocerme, ahora me doy cuenta de que la parte mala nunca estuvo en mí sino en tu. Tú fuiste el que falló al protegerme.
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Me volví adulta y me di cuenta de que soy de lo más feliz. Logré concretar muchas de mis metas, ayudar a mi mamá, tener una bonita familia, amar profundamente y entender sobre la responsabilidad afectiva, todo a pesar de ti. Soy una persona feliz a pesar de que te fuiste y me dejaste, soy feliz a pesar de que no estuviste para mi, soy feliz a pesar de que me hiciste falta. Y todo, gracias a que no te debo nada.
No deberte ni siquiera el saludo es lo mejor que me pudo haber pasado, porque sé que mis logros son solamente míos y de mi mamá, esa mujer que dejaste a la deriva cuando más te necesitó, esa que a pesar de todo se quedó a mi lado y me hizo fuerte. Gracias por enseñarme el camino que no quiero seguir nunca en la vida. De corazón espero que no necesites a nadie como yo te necesité a ti.